TEMOR A LAS EVALUACIONES ACADÉMICAS EN COLOMBIA
La presión por obtener buenas calificaciones tiene un impacto importante en el bienestar emocional de los estudiantes. En primer lugar, esta presión genera altos niveles de ansiedad y estrés, lo que afecta su capacidad para concentrarse y rendir adecuadamente en las evaluaciones. Muchos estudiantes sienten que su valía personal está ligada a sus resultados académicos, lo que lleva a una sensación permanente de inseguridad y miedo al fracaso.
Además, la comparación con compañeros intensifica esta presión. Al observar el rendimiento de otros, algunos estudiantes se sienten intimidados y dudan de sus propias habilidades. Esta competencia resulta en una presión autoimpuesta que dificulta el disfrute del aprendizaje y el desarrollo de una mentalidad positiva.
El temor a decepcionar a padres y maestros también contribuye a la carga emocional. Muchos estudiantes sienten que deben cumplir con expectativas altas, lo que provoca sentimientos de culpabilidad y frustración cuando no logran alcanzar esos estándares. Este ciclo depresión y ansiedad lleva a problemas más graves, como la falta de motivación, el agotamiento emocional e incluso la depresión.
Finalmente, la presión por obtener buenas calificaciones limita el desarrollo de habilidades importantes, como la resiliencia y la gestión del tiempo. En lugar de enfocarse en el proceso de aprendizaje, los estudiantes se vuelven excesivamente preocupados por los resultados, lo que perjudica su bienestar emocional y su desarrollo académico a largo plazo.
En el libro se presenta una encuesta y una serie de tipologías, lo mismo que algunas reflexiones finales.
Además, la comparación con compañeros intensifica esta presión. Al observar el rendimiento de otros, algunos estudiantes se sienten intimidados y dudan de sus propias habilidades. Esta competencia resulta en una presión autoimpuesta que dificulta el disfrute del aprendizaje y el desarrollo de una mentalidad positiva.
El temor a decepcionar a padres y maestros también contribuye a la carga emocional. Muchos estudiantes sienten que deben cumplir con expectativas altas, lo que provoca sentimientos de culpabilidad y frustración cuando no logran alcanzar esos estándares. Este ciclo depresión y ansiedad lleva a problemas más graves, como la falta de motivación, el agotamiento emocional e incluso la depresión.
Finalmente, la presión por obtener buenas calificaciones limita el desarrollo de habilidades importantes, como la resiliencia y la gestión del tiempo. En lugar de enfocarse en el proceso de aprendizaje, los estudiantes se vuelven excesivamente preocupados por los resultados, lo que perjudica su bienestar emocional y su desarrollo académico a largo plazo.
En el libro se presenta una encuesta y una serie de tipologías, lo mismo que algunas reflexiones finales.
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