EL CARRUSEL DE LA CONTRATACIÓN EN COLOMBIA
En la selva causó gran alboroto e indignación saber que algunos animales eran sospechosos de corrupción en los procesos de contratación pública, que fueron adjudicados de forma fraudulenta mediante acuerdos previos con empresarios a cambio del pago de coimas que cobraban los funcionarios.
Varios lobos, coyotes y algunas hienas se ganaron los contratos de infraestructura para realizar y acondicionar abrevaderos que beneficiaran a los habitantes, lo mismo que plantar árboles en lugares desérticos para aumentar la provisión de alimentos, y mejorar corredores migratorios para ñus, búfalos y elefantes.
El soberano de uno de los reinos de la selva pretendía evitar los largos desplazamientos de sus congéneres en busca de agua, ganándose la animadversión de quienes consideraban que perjudicaba su economía, al reducir el movimiento de herbívoros que representaban la base de su sustento en los lugares donde ellos se encontraban.
El alcalde un chacal, junto con un hermano y subalternos micos que laboraban en la administración apelaron a las prácticas corruptas.
A oídos de un oso que tenía el cargo de fiscal, llegó información suficiente para iniciar una investigación preliminar y determinar si tras los contratos hubo un cartel de contratación.
Todo fue motivado gracias a que un coyote contratista presentó un retraso en la ejecución de una de las obras, y los medios de comunicación se encargaron de hacerlo público destapando la “olla podrida”
Una vez los funcionarios fiscalizadores procedieron a efectuar la inspección administrativa descubrieron el fraude y, al coyote no le quedó más remedio que “soltar la lengua” sobre el manejo de los recursos entregados por el chacal quien le había adjudicado varios contratos a cambio de coimas.
El hecho más conocido dentro de las irregularidades fue la construcción de un gigantesco abrevadero, para que se congregaran miles de animales que sufrían la escasez de agua.
De las pruebas se logró obtener información que involucraba al chacal y al hermano que tenía la investidura de congresista, junto con el zorro personero, el cocodrilo contralor y algunos tejones concejales.
Así comienza este cuento que no es cuento y por eso lo cuento
Varios lobos, coyotes y algunas hienas se ganaron los contratos de infraestructura para realizar y acondicionar abrevaderos que beneficiaran a los habitantes, lo mismo que plantar árboles en lugares desérticos para aumentar la provisión de alimentos, y mejorar corredores migratorios para ñus, búfalos y elefantes.
El soberano de uno de los reinos de la selva pretendía evitar los largos desplazamientos de sus congéneres en busca de agua, ganándose la animadversión de quienes consideraban que perjudicaba su economía, al reducir el movimiento de herbívoros que representaban la base de su sustento en los lugares donde ellos se encontraban.
El alcalde un chacal, junto con un hermano y subalternos micos que laboraban en la administración apelaron a las prácticas corruptas.
A oídos de un oso que tenía el cargo de fiscal, llegó información suficiente para iniciar una investigación preliminar y determinar si tras los contratos hubo un cartel de contratación.
Todo fue motivado gracias a que un coyote contratista presentó un retraso en la ejecución de una de las obras, y los medios de comunicación se encargaron de hacerlo público destapando la “olla podrida”
Una vez los funcionarios fiscalizadores procedieron a efectuar la inspección administrativa descubrieron el fraude y, al coyote no le quedó más remedio que “soltar la lengua” sobre el manejo de los recursos entregados por el chacal quien le había adjudicado varios contratos a cambio de coimas.
El hecho más conocido dentro de las irregularidades fue la construcción de un gigantesco abrevadero, para que se congregaran miles de animales que sufrían la escasez de agua.
De las pruebas se logró obtener información que involucraba al chacal y al hermano que tenía la investidura de congresista, junto con el zorro personero, el cocodrilo contralor y algunos tejones concejales.
Así comienza este cuento que no es cuento y por eso lo cuento
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